Los propios ciudadanos logran cobertura donde la necesitan y dan un uso más eficiente a un bien común: el espacio radioeléctrico

Artículo originalmente publicado en el suplemento de ciencia y tecnología de Heraldo de Aragón Tercer Milenio el 17 de junio de 2021. El Artículo puede consultarse aquí.

El autor del artículo es Juan Félix Mateos, Miembro de la comunidad The Things Network Madrid, director editorial, profesor de los másteres Internet de las cosas e Industria 4.0 de la Universidad de Alcalá de Henares, formador tecnológico del profesorado no universitario de la Comunidad de Madrid y maker.

Cuando a principios de curso recibí un correo de Medialab-Prado, un centro cultural y laboratorio ciudadano en Madrid, comentándome que «desde Zaragoza» pedían colaboración para extender el proyecto de ciencia ciudadana Pájaros en la nube, supe inmediatamente quiénes estaban detrás de ese «desde Zaragoza». Un año antes había asistido a una convincente presentación del proyecto, y desde entonces lo había seguido con mucho interés; detrás estaban Enrique Torres, de Unizar, Francisco Sanz, de los laboratorios CESAR en Etopia, y la fundación Ibercivis.

Durante este duro año de confinamientos, grupos burbuja y patios de recreo sin balones, Pájaros en la nube ha permitido a cientos de escolares de toda España fabricar, montar e instalar casetas para pájaros en su colegios e institutos. Estas casetas no son solo hogares confortables y seguros para aves, sino también una herramienta que permite estudiar su comportamiento y condiciones de vida gracias a que están sensorizadas y envían mediciones a internet en tiempo real. Un aspecto diferenciador del proyecto es que los datos de las casetas se envían a internet a través de una red desplegada de forma colaborativa por ciudadanos de todo el mundo llamada The Things Network.

Esta red se basa en la tecnología de comunicaciones inalámbrica LoRaWAN, que hace uso de una banda de frecuencia libre, es decir, una banda compartida que cualquiera podemos utilizar sin abonar ninguna licencia. Es la misma banda que usan, por ejemplo, los mandos a distancia de las puertas de muchos garajes.

The Things Network era la opción ideal para un proyecto como Pájaros en la nube, más allá de por racionalización de presupuesto (cualquiera puede usar la red gratuitamente) o las virtudes tecnológicas de LoRaWAN (un consumo de energía tan bajo que un mismo juego de baterías puede durar años, y un alcance desde centenares de metros en zonas densamente urbanas hasta decenas de kilómetros en áreas rurales), por su disponibilidad: no dependemos de que ningún operador de comunicaciones comercial decida dar cobertura o no a una zona según sean los potenciales beneficios, sino que los propios ciudadanos podemos procurarnos cobertura allí donde la necesitemos de un modo tan sencillo como instalar un dispositivo llamado gateway, que actúa como pasarela entre internet y los nodos. Los nodos son las cosas que queremos monitorizar o controlar remotamente; en este caso, las casetas de pájaros.

The Things Network nació en 2015, cuando dos jóvenes emprendedores, Giezeman y Stokking, demostraron que, si en lugar de usar cada uno nuestro gateway para conectar exclusivamente nuestros propios nodos, pusiéramos todos nuestros gateways en común para dar servicio a los nodos de cualquier otro usuario, no solo conseguiríamos una red con una cobertura extraordinaria, sino que además obtendríamos redundancia y un uso más eficiente de un bien común que es el espacio radioeléctrico. Giezeman y Stokking consiguieron dar cobertura a toda la ciudad de Ámsterdam simplemente poniendo de acuerdo a 10 voluntarios para que compartiesen sus gateways.

La idea fue un éxito inmediato y se extendió rápidamente por todos los rincones del planeta. Los ciudadanos nos organizamos en comunidades locales para compartir conocimientos, ayudar a los que se iniciaban, debatir casos de uso y acercar una tecnología puntera al usuario común a través de proyectos como Pájaros en la nube, en el que han colaborado las comunidades The Things Network de Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Valencia y Madrid, además de centros escolares de otras zonas de España. El listado de todas comunidades locales está disponible ‘online’

El espíritu de colaboración de The Things Network no es la única explicación para su éxito, ni siquiera complementándolo con las virtudes tecnológicas de LoRaWAN; el verdadero motor son las personas que comparten sus principios, que se recogen en un manifiesto, y que podrían resumirse en un lema muy claro: ‘Tus datos son tus datos’. The Things Network coloca en primer plano aspectos como la privacidad o la importancia de proteger los datos evitando que puedan utilizarse ilegítimamente para influenciar nuestra conducta o incluso coartar el acceso libre a la información. Por eso, en The Things Network todos los datos se transmiten encriptados, y solo el propietario de los datos tiene acceso a ellos.

The Things Network es una red abierta a todos, para que la utilicemos libremente como queramos, en la que los datos reciben un tratamiento neutral, es decir, sin privilegios ni censuras, y en la que los usuarios somos, a la vez, los propietarios de la red. Pero, además, The Things Network es una red útil, que articula actualmente todo tipo de proyectos de internet de las cosas, desde didácticos y de investigación como Pájaros en la nube, hasta industriales como sistemas Scada, pasando por logísticos como control de la cadena de frío de los alimentos, de agricultura de precisión como gestión de sistemas de riego, ganaderos como localización de reses en explotaciones extensivas…